Iniciamos un nuevo curso escolar y desde Amma queremos acompañar a los niños/as, padres y profesores compartiendo reflexiones en nuestro blog, aportando información del desarrollo de los niños/as, dando visibilidad a esa gran aventura que es crecer en un mundo tan complejo, rápido, estresado y lleno de expectativas y etiquetas.
El gran protagonista del inicio escolar debe ser siempre el niño/a, padres y profesores son los actores secundarios que deben estar a disposición del niño para que su incorporación al colegio o su vuelta tras las vacaciones se dé con el mejor acompañamiento, aceptando que cada niño/a vive ese momento de forma diferente, que cada uno expresa lo que siente según sus vivencias y su historia, no existe un manual para este proceso, las variables son tantas, hasta que un niño/a afronta ese momento nadie puede hacer ningún juicio de cómo hará ese proceso, cuantas veces nos hemos equivocado.
Empecemos con los más pequeños, esos niños/as de tres años, que algunos pueden haber ido a la guardería, otros han sido cuidados en casa por abuelas/os o cuidadores, y otros niños/as que han vivido los tres primeros años con su madre y padre, y que decir de los nacidos en diciembre que aún tienen dos años. Con esa edad se enfrentan a un cambio que les supone mucho estrés, y ante el estrés tenemos tres tipos de respuesta:
ATAQUE (pegan, muerden, desobedecen) – HUIDA (lloran, no quieren ir) – BLOQUEO (ausentes, excesivamente buenos)
Si queremos acompañar bien tenemos que aceptar que muestren cualquiera de estas respuestas, porque son naturales, lo determina su cerebro, no pueden evitarlo, es automático. Desde que nacen empezamos a condicionarles para que no expresen:
- tristeza, no se llora, pon una sonrisa
- enfado, no se pega, no se muerde, no se grita
- miedo, tienes que se valiente, que no pasa nada
Les enseñamos que solo la alegría se puede manifestar, que las emociones negativas de las que más se aprende no pueden mostrarlas. Y en ese proceso se da una incongruencia, ellos deben vivirlo como un momento maravilloso de su vida y os pregunto a los adultos que leéis:
- ¿cómo habéis vivido los primeros días de inicio escolar?
- ¿qué grado de estrés os ha acompañado?
- ¿cuántos recuerdos del curso escolar anterior o de otros años os han perturbado?
- ¿cómo han sido las emociones que han invadido vuestra mente?
- ¿cómo os sentís en esa separación?
- ¿qué miedos se han despertado en vosotros?
- ¿cómo han sido vuestras conversaciones con el resto de padres?
Por favor mirar en vuestro interior, reflexionar con sinceridad, porque como profesional que acompaño a los padres es algo que vivo año tras año, la vuelta al colegio se vive con ansiedad, miedo, preocupación, y con el cansancio antes de empezar, empezamos pretendiendo meter la quinta en una carrera muy larga, y quien paga todo esto, “EL NIÑO/A”, su desarrollo emocional no puede gestionar situaciones tan intensas.
Alguien lo vive con alegría, y entonces porque ellos tienen que estar contentos.
Y los profesores como vivís esas primeras semanas, también os lanzo unas preguntas que deseo que os respondáis con sinceridad:
- ¿qué pensamiento y emociones se disparan al conocer el listado de alumnos?
- ¿cómo afrontáis un nuevo curso, esa incertidumbre?
- ¿qué emociones se disparan en vuestra mente, ilusión, miedo, inseguridad,…?
- ¿cómo os sentís al tener que contener/acompañar a niños/as que pueden expresar llanto, rabia, tristeza, emociones tan difíciles de gestionar?
- ¿hasta qué punto sentís la presión del temario y el famoso “HACER, HACER”?
- ¿podéis dar a cada niño lo que necesita?
Esos niños/as necesitan que conectéis con lo que sienten, miedo, abandono, creéis que su mente es capaz de predecir que sus padres si van a venir a por ellos, viven en el presente, no pueden aprender ni anticipar rápidamente estos cambios, necesitan tiempo.
Y lo mismo pasa con niños y niñas de todos los cursos de primaria, ESO, bachiller y universidad, se les permite expresar en casa y escuela, instituto sus miedos, inseguridades, preocupaciones. Tenemos que generar momentos de escucha activa donde se puedan expresar con libertad y sinceridad las emociones, que no se vean, no significa que no estén. Y padres y profesores también buscar espacios donde expreséis como os sentís.
Usemos la empatía para comprender que supone para cada niño/a el comienzo escolar, recordemos como vivimos nosotros cada etapa.
Aprendamos juntos en este curso a conectar, a ser conscientes y estar presentes.
TE VEO TE SIENTO TE ESCUCHO